Crítica a la película “Lo imposible”.
Este fin de semana he acudido al cine para poder disfrutar de la última creación del director cinematográfico Juan Antonio Bayona, una película basada en la historia real de una familia española que pasaba sus vacaciones de Navidad en Tailandia.
Esta película se divide en dos partes: la primera, cuando un tsunami irrumpe en la costa tailandesa dejando como víctimas a nuestros protagonistas y, la segunda, cuando estos hacen todo lo posible por reencontrarse tras dicho desastre.
Cuando consiguen agarrarse a un árbol para retomar algo de fuerza se dan cuenta de que el miedo que habían sentido anteriormente durante el viaje no es nada comparado con todo lo que están viviendo, aunque el saber que están los dos juntos les causa tranquilidad. Tras varias horas de angustia y desesperación y de haber ayudado a salvar la vida de Daniel, un pequeño que había quedado atrapado bajo las ramas de los árboles, un grupo de tailandeses van en busca de víctimas que necesiten ayuda, salvando de esta forma a dos de nuestros protagonistas.
Mientras María y Lucas están juntos, Henry encuentra a sus dos hijos más pequeños, a los que decide dejar en un camión que les llevará a las montañas para estar a salvo y así él continuar la búsqueda de su mujer y su hijo mayor. Tras esto, pasa la noche buscando sin encontrar siquiera una pista de ellos, lo que le lleva a marcharse junto con otros afectados a un hospital donde le curarán las heridas. Es entonces cuando, con otro de los heridos, inicia la búsqueda por todos los hospitales de la provincia.
Estando María y Lucas en el hospital, la mujer está cada vez más afectada por todos los golpes y heridas que el tsunami le ha causado, provocándole dos operaciones, siendo una de ellas muy grave, ya que estuvo a punto de costarle la vida.
En el momento más inesperado para todos, mientras Lucas iba en busca de un refresco para su madre, Henry les buscaba en las listas del hospital y los dos pequeños se encontraban a salvo en el camión, entre gritos de desesperación consiguen reunirse los tres hermanos y, tras esto, aparece el padre entre la multitud, fundiéndose los cuatro en un eterno abrazo lleno de sentimientos incontrolados.
Finalmente, tras que todo saliera bien para la familia, regresan de vuelta a su hogar. En el vuelo de retorno Lucas le cuenta a su madre que ha visto a Daniel, el niño al que consiguieron salvarle la vida, con una sonrisa en la cara mientras abrazaba a su padre, lo que hace que madre e hijo se abracen entre lágrimas de angustia y alegría.
La conclusión que saco tras haber visto esta película es que el miedo es algo que en situaciones de peligro nos hace fuertes y que, sobre todo, nunca debemos rendirnos, ya que si somos fuertes y perseguimos nuestro sueño es posible que obtengamos mejores resultados que si nos rendimos a la primera de cambio.
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